Blogia
seamoscinicas

Ternuras

Ternuras Ayer me sorprendió ver en el tranvía a un tipo con rastas y toda la parafernalia que acompaña leyéndose el Harry Potter. También en octubre conocí a una chica que lleva un collar de pinchos al cuello, en plan punki, pantalones de cintura baja y tanga al aire. Nada de especial, si no fuera porque lleva los bolígrafos en un estuche de Winnie the Poh y toma unos apuntes metódicos, subrayando con una regla de ositos mimosos que tiene todo aquello que el profe remarca. Un cielo de criatura. Conmigo se ha portado muy bien. Las razones que dió otro chico para estudiar elegir el español en lugar del italiano a la hora de estudiar fue la siguiente: "Pensé: Italia: Berlusconi y España tiene a Aznar... Me quedo con Fidel Castro".

Son tan tiernos.

LLevan las rastas y el collar de pinchos como si llevaran los tirabuzones - que hacían las abuelitas con tenacillas calientes - atados con grandes lazos de raso. Creo que las abuelas van a tener que ir a un curso - de esos que imparten los ayuntamientos - para aprender a hacer rastas y collares de pinchos a los nietos sustituyendo así los ganchillos por las nuevas técnicas.

2 comentarios

seamos cínicas -

Sí, eso de los estereotipos a veces no se corresponde mucho. Hay gente que te descoloca, afortunadamente.

Bambolia -

Una de las cosas que más me gusta del metro o del autobús es la hetereogeneidad de sus usuarios... y me pierde la gente que te descoloca, a la que no puedes ponerle la etiqueta de "éste seguro que es..." porque algo de su atuendo, algo de su comportamiento, acaba descolocándote. Me gusta mucho. Es la constatación de que la anormalidad, por si sola y como concepto no existe, sino que depende del ojo que mira.