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Un día de mi vida

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Os cuento un día de mi vida por eso de aburrir a las ovejas, con todos mis respetos para las ovejas, que yo ante todo, siento respeto y adoración por todo bicho viviente y por las personas también, eso que quede claro (¿queda claro mi respeto?). Suelo comer cordero por Navidad, pero es un accidente, yo quiero a las ovejas más que nadie. Daría mi vida por ellas, de hecho. Declaro mi absoluta adoración por las ovejas. Besos para las ovejas.

Bueno, ya. Empiezo a contaros mi día. Es para que durmáis bien. Mi buena acción del día. ¿Estáis bostezando ya? Venga, un bostecito de esos para que vaya entrando el sueño.

Me he levantado a las nueve después de haber dormido más o menos. He desayunado café con leche hecho en una cafetera de marca Rowenta que compré hace dos meses. Y ya está porque yo sólo desayuno eso. Y me he duchado, también, o eso creo. Luego he cogido los apuntes y me he ido a la biblioteca. Me he comprado tres kit-kats para darme un poco de energía y me los he ido zampando a lo largo de la mañana justo antes de entrar en el auditorio del examen, a eso de las tres. Caperucita Roja me ha dado unos apuntes muy interesantes para el exámen del viernes. Le he preguntado unas cuantas dudas al más listo, o al que cree serlo, y como me quería demostrar lo listo que es, me las ha contestado. Y una de ellas ha caído en el exámen. Así que el viernes le volveré a preguntar a él, que es vidente o algo así. Y luego Panoramix, al que hemos recibido con aplausos ha hecho su aparición estelar y nos ha entregado los exámenes advirtiéndonos de que no copiásemos, que las chuletas están prohibidas y que si sonaba un movil nos echaba. Y ha sonado un movil, pero no lo ha echado. Y me parece que han copiado como locos porque salían todos muy contentos. Y luego me he vuelto a casa. Hacía mucho frío y tenía hambre. Y he cenado. Y ahora tengo que poner el lavavajillas. Y luego voy a estudiar hasta que me duerma. Y, y, y...

Estaba pensando en hacer un final a lo romántico incomprendido desesperado, que se lleva mucho ahora y queda guays, pero es que tengo que poner el lavavajillas.

10 comentarios

Desparramada por la frivolidad -

Eso, eso, que mola mazo sacar la vena frivola-glamourosa.

Casi que mejor un peeling facial... ufff, he tenido que comprarme ampollas de concentrado de vitamina C para el careto, que el pobre estaba muerto de tanto estrés, :-P, cachisssss, estoy de un mimoso conmigo misma mismamente con tú, como dicen mis tíos, qué majos, con sus cosicas...

Apostolic Product -

Y ahora que lo pienso, es maravilloso eso de que nos ayudemos unos a otros y seamos tan solidarios. La relación frívolos-pedantes es un invento que sólo nos aporta beneficios a ambas partes.

Apostolic Product -

Bueno, normalmente los listos superlistos caen en dogmas intelectuales con una facilidad espantosa lo cual me hace dudar de la superinteligencia (pero a ellos les viene muy bien, porque se creen unas cuantas cosas (el hecho de que sean falacias no tiene mayor importancia) y así son felices, que es lo único que importa. Si además se acompaña de una actitud pedante pues el cocktail es explosivo, claro, pero hay que pensar que todos los animalitos tienen su función en el ecosistema. Así como las frívolas estamos para que los inteligentes se sientan bien, recompensados en su superioridad intelectual, por lo cual hacemos un gran servicio social, los pedantes están para que nosotros los critiquemos. Y es que criticarlos deja muy bien la piel, es como el efecto de una mascarilla hidratante. Quiero mi ración de pedantes diaria.

Desparramada agotada de tanto pensar -

Si los listos lo son de verdad, creo que el pasar por alto su pedantería es casi una obligación, pero si encima tampoco lo son en exceso, son insoportables.

Lo del mundo de las oposiciones es algo que nunca he llevado bien: se me da fatal eso de competir y cuando me piden temarios, modificaciones y demás, no sé negarme, aunque tenga claro que me estoy tirando piedras a mi propio tejado. Bueno, tonta tampoco soy y lo que no hago es facilitarle cosas a gente que ni me va ni me viene. La duda existencial -por llamarlo de alguna forma- se me plantea cuando se trata de gente cercana, que va a estar a la par que yo en esa oposición. Es muy complicado, al menos, a mí me lo resulta. El ambiente se enrarece mucho.
Un día de estos contaré una anécdota que me sucedió en las últimas opos en el ayto., que es algo así como una mezcla de Almodóvar con Kafka. Flipante.

seamos cínicas -

Y sí, pareces vidente. Jajaja.

Y bueno, el listo es muy listo (algún día hablaré de los efectos del calvinismo en la educación, que de eso he visto mucho) tan "listo" y sobrado en sus conocimientos y capacidades (despectivo con lo que el considera inferior etc.) que cae mal a muchos, pero a mí eso me da igual. Yo hablo mucho con él y le pregunto cosas que me interesan. El beneficio que yo saco de su sobradez es muy grande. ;)

seamos cínicas -

Jajajaja. Me ha hecho gracia lo del niño. En fin.

Y bueno, es posible que esas cosas que te pasaron con los exámenes sea bloqueo momentáneo. Conozco más casos parecidos. El más flagrante el de mi abuela, que suspendió las oposiciones nacionales al pasarle el ejercicio a otra chica. Claro, la otra acumuló información para el exámen y la superó en puntos. Mi abuela, que en paz descanse, era una mujer demasiado generosa.

Y bueno, yo estoy rodeada de máquinas opositoras. Lo cual da yuyu, claro, porque no me veo yo con esa capacidad para nada.

Desparramando tercera fase -

La otra fue kafkiana total: después de ocho años estudiando francés, llegué a la facul y me di cuenta de que no tenía ni idea. Había dos chicas que venían del Lyceo Francés y no habían dado latín. Decidimos "canjear" las clases: ellas me enseñaban franchute y yo les introducía en el maravilloso mundo del latín. Llegó el primer examen, en enero, y... una sacó un 7,5, la otra un 6,45 y yo... snif, snif, ¡un 2,5! No pude hacer ni media con el siguiente, cateada para septiembre. Deprimente total.

Despa poseida por el afán de protagonismo -

Ahora que lo pienso... con mi hermana, en 1 BUP me pasó lo mismo con la trigonometría: no vino a clase durante una semana. Le expliqué toda la lección y ella sacó un 10 y yo un 0. Es completamente cierto. ¿Bloqueo?

Última -me acabo de acordar-: las primeras opos del ayto. El último examen, el de desarrollo. Llevaba dos días machacando la contratación administrativa, que es uno de los peñazos más importantes de lo público. Una hora antes de entrar, en una cafeteria, la amiga que se había preparado conmigo, me dice: "anda, explícame un poco la contratación adtva, que no me entero de nada". Nociones básicas y un esquema general, para tener claro todo el proceso. Llegamos al examen y de cinco sobres... va y sale la contratación administrativa. Mi compañera quiso pagarme una cena y todo por haberselo explicado antes de entrar... leñe, tuvimos suerte, porque aunque no sacamos la plaza, nos quedamos a tres centésimas y pudimos entrar, por primera vez -en el 95- como funcionarias interinas.
Bufff...

Que digo yo que si el lavavajillas se pone... deberás estar muy atenta para que no se propase con la lavadaora... hala!!!!!!!!!! chiste malo...

Despa segunda fase -

Te estaba leyendo y, cosas de la vida, me he situado en mis años de facultad, que tan sólo fueron dos... Me ha hecho gracia lo del listo. A mí me pasaba lo mismo pero al revés, estaba en la parte de la preguntada -pero sin ser la lista de la clase, para eso ya había otros-: resultaba gracioso, porque no acudía a la mayoría de las clases y aún con todo, como le ponía mucho interés, digo yo que mi aspecto resultaría muy... ¿sesudo?. No sé, eran tiempos difíciles por cuestiones familiares y andaba yo muy concentrada. Recuerdo dos casos más que evidentes de mi poder de adivinación: dos horas antes de entrar a un examen de fonética y fonología, un compañero me preguntó sobe los archifonemas y bla bla bla... se lo expliqué y resultó que salió eso. Daba saltos de alegría cuando salió porque el colega no había estudiado nada.

Desparramada a lo Estudiantil -

¡Dios! ¡No! ¿No hay un final a lo made in Niño Muerto? :-) Mil perdones... no soy mala, pero es que me hace gracia ese culto tan desproporcionado por la melancolía llevada al extremo más absoluto.